Presentación

Este es un blog que recoge fotos de mi experiencia en Japón hecho con mucho cariño para todos ustedes, trataré de mantenerlo muy actualizado.
Que lo disfruten



viernes, 16 de julio de 2010

Ciervos de Nara







Hermosos ciervos sagrados de Nara, en esta cuidad la mas antigua capital del imperio unificado, que tiene 1300 años de antiguedad, lo ciervos viven dentro de la ciudad con la gente y hacen lo que les place, tienen prioridad de paos por las calles, las gente los alimenta y se mueven por donde y como quieren.
El ciervo sica (Cervus nippon) es una especie de cérvido propia del Extremo Oriente, cuyo hábitat se extiende desde el sur de Siberia hasta Vietnam, incluyendo Japón, Taiwán y varias islas más del Océano Pacífico cercanas a las costas de China. Una distribución tan amplia ha originado su división en varias subespecies, muchas de ellas insulares.

El sica es un ciervo de tamaño medio y cuernos desarrollados. Tiene un pelaje corto de color rojizo, con el vientre de color más claro y manchas blancas por todo el cuerpo, similar a otros cérvidos como el gamo o los ejemplares jóvenes de ciervo de Virginia. Se observa también una banda fina de pelo oscuro a lo largo del cuello y la espalda.
Macho de sica en un parque de Nara (Japón).

El sica ha sido cazado desde tiempos antiguos en todos los países de su distribución, excepto en Japón, donde, al igual que muchos otros animales salvajes, fue venerado como dios protector de la naturaleza por la religión tradicional sintoísta. Esto cambió durante la Era Meiji, cuando comenzó a ser cazado en gran número y los bosques en que vivía se vieron amenazados por la tala masiva y la tala de grandes superficies para destinarlas a plantaciones. Por suerte, se decidió protegerlo cuando su extinción en el archipiélago japonés parecía ya inminente. En la actualidad abunda especialmente en Hokkaidō, donde se encuentra en expansión debido a que carece de depredadores (las dos subespecies de lobos japoneses fueron exterminadas hace más de 50 años). En los últimos años se ha permitido la caza de un número reducido de cabezas al año, con el fin de estabilizar su población. También es un inquilino habitual de los parques y templos de otros lugares de Japón, especialmente en la ciudad de Nara. Por el contrario, en el continente asiático se encuentra en peligro de extinción, y las medidas tomadas al respecto hasta ahora se han mostrado insuficientes.

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